CC OO acusa al Gobierno de ocultar la brecha salarial en la Administración
Función Pública cifra en el 5% la diferencia entre lo que cobran según género
https://www.eleconomista.es/economia/noticias/11064907/02/21/CCOO-acusa-al-Gobierno-de-ocultar-la-brecha-salarial-en-la-Administracion.html
23_02_2021. Juan Ferrari
La noticia que he escogido
explica la denuncia que ha hecho el sindicato Comisiones Obreras sobre la
brecha salarial que existe entre funcionarias y funcionarios de carrera en la
Administración General del Estado.
El titular de El Economista es
uno de esos que te obligas a releer. La denuncia de CC OO es de ciencia
ficción. Supuestamente el funcionariado de carrera, hombres o mujeres, tiene
sueldo y complementos semejantes, fijados según su cuerpo/escala, nivel,
antigüedad... Aún así, este sindicato asegura que la diferencia entre lo que
cobran mujeres y hombres en puestos de igual categoría y condición es
"oficialmente" del 5%. UGT, por su cuenta, lo eleva a un 21'4%
El eje de esa enorme brecha salarial
entre hombres y mujeres está en los complementos variables, sobre todo en el
denominado "productividad". Ahí, siempre según CC OO, el porcentaje
se dispara; más en altos cargos, niveles 27 al 30, donde se registran
diferencias de 20.000 a 50.000 euros al año.
El problema de cuantificar con
exactitud esa desigualdad de género en cuanto a salarios está en la opacidad de
la propia Administración a la hora de facilitar tablas para comparar los
emolumentos de ellos y ellas. La razón que alega el Gobierno para no
proporcionar acceso a esa información es la famosa confidencialidad; al fin y
al cabo, son -en efecto- datos sensibles. Ni siquiera está por la labor el
Portal de Transparencia, cuya misión última es justamente esa, exhibir los
entresijos de la Administración a la ciudadanía.
Pues bien. Admito mi sorpresa. Llamadme
ingenua, pero estaba convencida de que a igualdad de puesto y función, igualdad
de base y complementos. Ese 5% resulta desconcertante. Más aún por esa
transparencia en la que estamos instalados de un tiempo a esta parte. Me
explico: ¿cómo puede la Administración del Estado contravenir sus propias
reglas de conducta ética/política/de justicia social o no trata al menos de
ponerle coto a esa desmesura o siquiera intentarlo? Es aún más doloroso si
tenemos en cuenta los mil y un programas, planes y campañas que pone en marcha
el Gobierno, con el consiguiente desembolso del erario público, para fomentar
en la sociedad civil exactamente lo contrario: igualdad de género, también en
cuanto a salario se refiere.
Que sean las altos cargos las que
más sufren esa disparidad salarial aporta también alguna pista. La base
piramidal de cualquier oficio está construida a base de mujeres pero a medida
que escalamos hacia la cúspide el número de chicas va disminuyendo. Primero
poco a poco, luego exponencialmente, al punto de que en la cima-cima hay, con
suerte, dos o una; cuando no ninguna. Y aún ahí instaladas, siguen siendo
mujeres. Mujeres en minoría sumidas en un entorno masculino, cuando no
directamente patriarco-paternalista. Imagino que pocas se animan a denunciar
las desigualdades de género que sufren en el día a día,, de sufrirlas. Tal vez
solo en aquellos casos de fuerza mayor, con abusos físicos o emocionales de por
medio.
¿Soluciones? Aplicar la ley a
los legisladores. Esto es: que nuestros gobernantes sientan la necesidad,
siquiera por vergüenza torera, de dar ejemplo y procuren, con los planes,
campañas o iniciativas que sean necesarios o se saquen de la manda, que la
Administración sea un espejo en el que los administrados se puedan reflejar con
orgullo.
A mucho más largo plazo: imbuir
a las niñas de capacidad crítica desde su más tierna infancia. Enseñarlas a
tomar la iniciativa, a exigir sus derechos, a no conformarse. A no callarse.
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